El éxito nos estimula

Cuando se habla acerca del éxito, las definiciones y sus aplicaciones están envueltas es una serie de argumentos, que conducen a una sola certeza, hay que seguir un evangelio que reza; si logras amasar una gran fortuna material, ya lo has logrado. Pero la esencia de su significado implica algo más transcendental, representado en una cantidad monetaria importante, que nos da fama.

Donde la determinación de gozar de esa sublime condición, exige un comportamiento consistente, y de permanente esfuerzo, indistintamente de la cultura o las creencias que definan el pensamiento, de quien anhele ser exitoso. No basta, solo con soñarlo o desearlo; porque ahí es donde casi todos fallan, hay que caminar mas en la dirección correcta, siendo intrépido pero no irreverente, racional pero flexible, sincero pero sensato, ecuánime y justo, en resumen integro, para amentar las probabilidades de conquistar ese lugar privilegiado.

Sin embargo seguro conocemos personas con estas y mas virtudes, que no se ajustan el estereotipo de exitosas. Entonces, es lógico preguntarse, si esos son los ingredientes correctos, para lograr la cima, y no alcanzan, ¿que hace falta para lograrlo?. Alguien diría, «la suerte», y es donde surge la eterna dualidad, de si «se nace o se hace». Sin sumergirnos en filosofías, es claro que todo tiene un costo, y podemos evidenciar que existen seres humanos, que logran las cosas de manera muy sencilla, por su simpatía o carisma. Pero es mas la excepción que la norma, dicho de otra forma, si hay personas que tienen ventajas, pero la mayoría estamos para alcanzar grandes cosas, sin acobardarnos en luchar por ellas.